Ahora me visitan los días de Marzo, trayéndome quebraderos de cabeza, cuestionándome la existencia, encontrando respuestas y algo que baila en mi pensamiento buscando estabilidad luchando contra mi indecisión, antes de acabar con las pocas neuronas que me quedan...
Porque no hace falta que te jure querido compañero, que no debí quererte y sin embargo te quiero.
Teresa
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