Dominados por el orgullo.

De vez en cuando me sacas de mis casillas y te odio, porque para chula y orgullosa ya estoy yo chaval, después de esa explosión de odio, me llega la indiferéncia, ni te busco ni me buscas. Y más tarde si nada altera mi humor... Suelo sonreirte como un corderito. Porque no se que tienes, pero tu consigues que me altere y me calme en menos de 5 min. Intento, ignorarte pero no me sale. Ojalá algún dia ignoremos nuestro estúpido orgullo.