
Todavia me aferro a tu amor, como a un hierro caliente, me hice tan resistente al dolor y a la descepción, ultimamente. El derrumbe de la soledad me arañó en el costado, no hubo sitio mejor para estar luego del amor que a tu lado. Creo por lo que me cuentas y por lo que veo, que ya te has olvidado de mí…
Y tu recuerdo ha quedado en mí, así como un broche prendido en mi almohada. Y tú en cambio que tienes memoria de pez, no te acuerdas de nada.
Siento que te pierdo, no hay señal. Tanta indiferencia me hace mal.
No respondo a otro timón que a esta rara devoción…
Por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario